A pocos años de haber caído el régimen de Fulgencio Batista, y de que las tropas de los barbudos llegaran a La Habana, surgió un modelo de trabajo comunitario al que el Che bautizó como “trabajo voluntario”. Un trabajo surgido de la gente para la gente en el que no había más remuneración que la satisfacción de hacer una obra para de beneficio colectivo.

Así nacieron las brigadas de trabajo voluntario, donde la gente entregaba generosa varias horas de trabajo a la semana para construir un hospital, una escuela, una clínica o darle vida y mantenimiento a un sembradío.

El trabajo compartido en los días sábados o domingos, o en las horas tardías de la noche, se volvió un momento para compartir, un instante para encontrar las identidades de las que los poderosos pretenden alejarnos. 

En San Sebastián Salitrillo, un pequeño poblado del occidente del país  donde abundan las plantaciones de cafetos y la vista imponente de los cerros y volcanes del sur, de gente sencilla y de sonrisa amplia, surgió, a iniciativa de su alcalde,  el trabajo voluntario, un digno ejemplo a imitar.

En dicho municipio se ha destinado un inmueble de vocación agrícola, donde los miembros del colectivo, integrado por trabajadores de la municipallidad y militantes del partido FMLN, realizan labores agrícolas en la producción de alimentos que son destinados a aquellas personas de escasos recursos o para ayudar, como ya se ha hecho, a otras comunidades del país que han sido afectadas por desastres naturales.

Esta misma brigada, que ya tiene más de un año de estar trabajando volutariamente los domingos, repara junto a las comunidades las calles, da mantenimiento a las escuelas y realiza una campaña nocturana de alfabetización, principalmente con personas mayores de edad.
Una visita de los colectivos de jóvenes de otros municipios gobernados por el FMLN, podrían ser considerados como iniciativas de enlace y de hermanamientos para compartir la experiencia de esa comunicad que en apariencia es pequeña pero que ha demostrado una capacidad organizativa y una creatividad de titanes.

Repetir lo bueno debe ser una ambición revolucionaria irrenunciable. Repetir aquellas experiencias de dignidad humana debe ser un objetivo de aquellos colectivos o gobiernos municipales del FMLN. En ese acto de compartir pueden surgir nuevas ideas y hechos con los que se siga demostrando que el Frente es un partido que puede gobernar con honestidad, principios y humanismo.

La relación del gobierno municipal y los colectivos de trabajo es un hecho muy importante, que demuestra lo ricas que pueden ser las experiencias en la medida que aquellos que ostentan los cargos de servidores públicos se vinculan con su gente, viven y recrean sus sueños en hechos concretos.

Francisco Castaneda, alcalde de este ejemplar municipio, afirma que “esta iniciativa surge para contrarestar a este mundo saturado de figuras e instituciones que potencian el individualismo materialista, ya que el acto de compartir un trabajo voluntario con fines de beneficiar a los colectivos más necesitados, es sin duda un ejemplo de dignidad del ser humano mismo, es una escuela de la vida, que forma verdaderamente al militante de izquiera, es una acción revolucionaria que pesa más que los discursos”.

Un paseo por ese pequeño pueblo nos recuerda de dónde es que venimos y adónde debemos ir irremediablemente.

Invitamos pues, a los jóvenes, a los colectivos, a otros hermanos de gobiernos municipales del Frente, a venir a este generoso pueblo y ver de cerca cómo ellos, desde hechos muy puntuales, le agregan a la vida un poco de amor, un poco de energías positivas, un pedazo de sueño que salpica nuestras manos y le prende lumbre a las oscuras calles por donde deberemos seguir caminado.